Calibrar las básculas es fundamental para asegurar mediciones precisas, confiables y seguras. Aquí tienes las razones más importantes, explicadas de forma clara:
1. Precisión en el pesaje
Con el uso diario, vibraciones, cambios de temperatura y desgaste de componentes, toda báscula pierde exactitud.
La calibración permite ajustar el equipo para que vuelva a medir correctamente.
2. Cumplimiento de normas y requisitos legales
En muchos sectores (industrial, farmacéutico, alimentario, transporte y comercio), la ley exige que las básculas estén calibradas y inspeccionadas por laboratorios acreditados y unidades de inspección acreditadas para evitar sanciones o cierres.
3. Evitar pérdidas económicas
Un error de sólo 1% en el peso puede generar:
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Pérdidas en materia prima
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Entregas incorrectas
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Problemas con clientes y proveedores
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Reclamaciones y devoluciones
La calibración asegura que cada kilo entregado o vendido sea real.
4. Garantizar calidad en tus procesos
Procesos de formulación, mezcla, dosificación o producción requieren mediciones exactas.
Una báscula descalibrada genera:
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Productos fuera de especificación
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Lotes rechazados
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Aumento de mermas y reprocesos
5. Seguridad operativa
En pesajes industriales (montacargas, tanques, tolvas, plataformas, camioneras), una lectura incorrecta puede provocar:
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Sobrecarga
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Fallas mecánicas
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Riesgos para el personal
6. Confianza del cliente
Cuando una empresa pesa correctamente, transmite transparencia y profesionalismo.
Clientes y auditores detectan rápidamente cuando el equipo no está calibrado.
¿Cada cuánto calibrar?
Depende del uso, pero en la industria se recomienda:
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Cada 6 o 12 meses (laboratorios acreditados EMA)
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Después de cualquier mantenimiento
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Si la báscula se movió o sufrió golpes
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Si notas lecturas inestables o fuera de rango

